La eternidad de un beso
plasmado en un te quiero,
mi despedida breve,
mi amanecer eterno,
mi regreso indeleble en cada intento
Un abrazo que calma
al huracán perdido,
que reconforta el alma
de los hombres dolidos
un corazón que canta,
- entre la bruma -
de éste adiós incesante
de éste adiós incesante
y éste retorno lento
de viejo caminante
se entrelazan las manos
palideciendo el aire,
se estremecen los cuerpos
sepultando al olvido
un mordaz hasta siempre
se entreteje en mis ojos
y mi alma se inunda
con todos tus arrojos
navego en ésta tarde
de certidumbres justas,
vuelo sobre los montes
de tu ocaso perenne
inicio otra jornada
con tu aliento en mi mente,
con tu límpido amparo,
con tu cielo candente
regreso del poniente
arrastrando mis pasos,
con mi cuerpo cansado,
abatido y silente
honda daga que hiere
agónico lamento
si no estás ya conmigo.
Nashbillee