Un miedo
clandestino,
una sombra,
un recuerdo,
- una luz que se apaga -
instante
detenido.
El batir de
unas alas,
la cavidad
del tiempo,
- un susurro silente,-
son tu fuerza
y tu olvido.
El candor
paulatino
que acaricia
mis odres
y mi gélido
abrigo
concurriendo
en tu nombre.
La intrépida
sonrisa
que cuelga
de tu aliento,
- ¡Amante en la cornisa
de tu respiración! -
Otrora el
cielo canta
semblantes
coloridos,
y la tierra
se hinca
ante tanto
dulzor,
Los ríos de
tu cuerpo
- ¡rampantes como fuego! -
enarbolan
los vientos
y claman mi
ilusión.
Perpetuidad
y entrega:
la tarde, el
horizonte,
donde se
funden todos
Reverdece
impoluto
tu cuerpo trepidante,
Mi
absolución, mi tregua
- mi mágica canción.-
Nashbillee
Un hermoso poema de arte menor, perfécto. Habla pro sí solo, no necesita de rebuscadas sutilezas para hacerse presente. Me encantó. Hermosa poesía la suya mi estimado escritor. Felicitaciones.
ResponderEliminarGracias Patricia,
EliminarUn honor el que me leas.... y el que mis palabras te conmuevan.
He leído algunas tuyas y enarbolan banderas infinitas en los rincones tibios del Amor.
Un saludo,