lunes, 12 de septiembre de 2011

Matinal


Las palabras se acortan,
se tornan diminutas,
cuando tus ojos claros penetran
en mi voz.

Los letargos entonces
son astas de la bruma,
y la vida serena
se agolpa en mi canción.

Con tus dedos floridos
asisto a la alborada,
desafiando al rocío
y a mi respiración.

Los alegres sinsontes
alegran con su trino,
los caminos secretos
que inundas con tu brillo.

La mañana indiscreta
se agolpa tras la puerta,
las mariposas tersas
recitan tu canción.

Hoy el día amanece
y mi cuerpo se mece,
al compás de tus labios
y tu respiración.

Renacen los sabores
de tus frutos prohibidos,
y mi boca se endulza
con su miel y su flor.

Nuevo sol que me invade,
que alimenta y que trae,
la certeza que es parte
de nacerte y amarte.

Nashbillee



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